María Salanova, profesora de psicología social en la Universidad de Jaume 1, aludiendo a la naturaleza cambiante de todas las cosas, especialmente a la organización de personas en el trabajo, señala que hace muchos años funcionaba, hoy resulta obsoleto que nos invitan a reflexionar seriamente.
El individuo que hace décadas acudía todos los días a la misma fabrica, cumpliendo con unos horarios estrictos, desempeñando sus tareas en silencio, valiéndose de sus manos y de su fuerza, almorzando con sus compañeros, siendo observado y controlado por sus supervisores y esperando pacientemente una jubilación temprana, ha dado paso a una multitud heterogénea de trabajadores: personas de edades e ideologías muy variadas, que cambian de trabajo cada poco tiempo, sin horarios fijos, que utilizan su cabeza más que su cuerpo, que trabajan en equipos y a distancia, que se rinden cuentas a sí mismos y deben esperar largo tiempo hasta llegar a jubilarse.
Ante estos cambios sigue diciendo Salanova, las condiciones laborales y en la naturaleza de las organizaciones, cabe suponer que los rasgos psicológicos que se requieren para afrontar el trabajo no pueden seguir siendo los mismos. Hay que identificar –señala- las características ideales, los trabajos y las organizaciones deben poseer para enfrentar con éxito las nuevas realidades.
Si no se gestiona correctamente, las sociedades modernas pueden conducir a organizaciones “toxicas”.
Una de las grandes oportunidades ante estos nuevos retos de lograr un compromiso de las personas en el trabajo, es saber utilizar la psicología “curativa” a una psicología “positiva” y de trato humanizado.
