La entrada de un inversor de capital riesgo cambia de forma decisiva la estrategia de crecimiento de una empresa. Mientras muchas organizaciones ajustan su rumbo según sus resultados recientes, los fondos de capital riesgo operan con una lógica orientada a maximizar el valor accionarial en un plazo determinado, normalmente de unos cinco años. Su objetivo es claro: vender la compañía a un precio superior, lo que los lleva a impulsar metas más ambiciosas que las habituales en el sector.
Como actores activos, suelen presionar para superar los niveles de referencia y evitar la complacencia, incluso cuando los resultados son positivos.
¿Cómo impulsan el crecimiento?
Su estrategia depende del desempeño de la empresa, del tamaño de su participación y de la experiencia de los consejeros que designan.
- Si la empresa presenta malos resultados, fomentan inversiones internas y desaconsejan las adquisiciones, para evitar añadir complejidad e incertidumbre.
- Si el desempeño es bueno, las adquisiciones se vuelven una opción atractiva para acelerar el crecimiento, ampliar capacidades y explorar nuevos mercados.
Un hallazgo relevante es que los consejeros más experimentados suelen evitar las adquisiciones, posiblemente por la aversión a riesgos que puedan afectar su reputación.
Conclusión
El capital riesgo puede transformar rápidamente la trayectoria de una empresa. La elección entre crecimiento interno o externo depende del desempeño, la participación del fondo y la experiencia de los consejeros, siempre bajo la presión de incrementar el valor de la compañía en un horizonte temporal definido.




